Flora Invasora


Las especies invasoras y exóticas en Puerto Rico no se limitan a solo animales, igualmente incluye vegetación que afectan a la biodiversidad y ecosistemas nativos al invadir y competir con nuestra flora silvestre. Aquí le mostramos imagenes e información breve de cada una sobre cómo se introdujeron y sus daños a la flora nativa basados en documentos del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales de Puerto Rico.

Jacinto de agua

Photo by Ted Center., Public domain, via Wikimedia Commons

Jacinto de agua (Eichhornia crassipes) y lechuga de agua (Pistia stratiotes)

Forman densas capas sobre estuarios, bloqueando canales de riego y dificultando actividades acuáticas...
Estas plantas impiden la penetración de luz y oxígeno, generando hipoxia y afectando la supervivencia de peces y otros organismos. Dañan la infraestructura de agua, aumentan los costos de mantenimiento y favorecen la proliferación de mosquitos al crear zonas estancadas.
Acacia amarilla

Acacia amarilla (Albizia lebbek)

Especie de alto riesgo que desplaza la vegetación nativa y crea bosques monoespecíficos en áreas degradadas...
Tolera diversos suelos y condiciones, resiste sequías y alturas variadas. Sus semillas se dispersan fácilmente y favorecen la reinvasión. Aunque fija nitrógeno y ayuda a la regeneración de especies arbóreas, eventualmente cede terreno a otras invasoras.
Dormilona

Eric Hunt, CC BY-SA 4.0, via Wikimedia Commons

Dormilona (Mimosa pellita)

Forma densos matorrales en pastizales y humedales, desplazando vegetación nativa y reduciendo la biodiversidad...
Sus espinas causan lesiones y no es consumida por el ganado. Produce semillas que flotan y permanecen viables por más de 20 años. Tolera inundaciones y suelos pobres, dificultando su control y manejo agropecuario.
Niaulí

Ann Murray. (2000). Melaleuca [Fotografía]. Center for Aquatic and Invasive Plants. https://plant-directory.ifas.ufl.edu/plant-directory/melaleuca-quinquenervia/

Niaulí (Melaleuca quinquenervia)

Se ha naturalizado en manglares y humedales, desplazando vegetación nativa y afectando ecosistemas costeros...
Forma bosques monoespecíficos que alteran el flujo de agua y disminuyen la recarga de acuíferos. Sus raíces pueden dañar tuberías y sistemas subterráneos. Su siembra está prohibida en Puerto Rico desde 2008 por su impacto ambiental.